Nacido en el año 2000 en el seno de una familia muy humilde en el barrio Villa Benquez de la localidad de Banfield. El tercero de seis hermanos, que llegada la adolescencia llegaría a conocer el mundo de la calle como casi todo mi contexto. Víctima de linchamiento a los quince años, hecho que me dejó al borde de la muerte y me llevó a reinventar mi estilo de vida. A los dieciséis conocí la literatura y nunca pude apartarme de ella. A los dieciocho viajé a Santa Cruz a casa de un hermano, viaje que fue solo unos meses y me decidí volver para estudiar. Ex estudiante de la carrera de Letras en la UBA. Participante del proyecto de FOPEA en los talleres de periodismo en barrios populares. Escritor en revistas como «mundo villa», «revista persefone», «La República» entre otros, y partícipe de una antología de poemas llamado «Reunión» de la editorial Dunken.
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Ig: elizzondo.m
Flash en la noche.
El día se desarma, las persianas se desvelan
aletargando la reaccion de las gotas
mis ocasos son de acerrin y tinta
mientras los cráneos se excitan
se desvisten y vagan por el cosmos
seducidos por un elixir volador
(brebajes con resabio amortiguado)
las estatuas aparecen
(sombras)
el ejército de los sentidos profetas
¡tímpanos agudizados! ¡párpados sin descanso!
qué loco es, sin embargo
aún con horizontes singulares de chapa
volver en mí
ver el ventanal de diamantes
cielos razos sinuosos
(sonajas ametralladas)
la emboscada de la lluvia
¡ah! las perlas de la nueva noche salpicando sus burbujas…
y me descuelga un canto
canto alegre
en púlpitos de barro (parlantes ambulantes)
eran los proxenetas de la lengua
com mambos de ensueños
y en medio del diluvio
yo, refugio sin fábula
recuerdo la farándula simpatica relojeando de soslayo
dádivas a cada paso de camino
a empeñar el alma
por gramos apuñalados de impureza en pasarelas oscuras
angostas
¡ah! ¡cómo olvidarlos!
viajantes sin fragor
enarbolando sus antorchas
tirando la soga a los caminantes
y siempre ¡siempre!
la noche fue un instante
y los párpados se quiebran
los cráneos se visten
y se arma nuevamente el día
que fielmente asciende.
Pómulos y verdugos.
Pude verlos
inermes
entre ademanes silenciosos
débiles
con augurios lánguidos
de un destino pútrido
pringando el mendrugo
en el ocaso desierto del último guiso
pude verlos
ecos
truenos que gruñen
aúllan
se dispersan
retumban
neologismos plebeyos
el silencio se asienta y vuelven
ecos
y pude verlos
inermes
socavando el resabio
de la muerte impávida
qué se precipita entre muros estáticos
y azuza en mañas soberbias
entre costillas enrejadas
a pómulos sin rostro
y pude verlos
los contemple ¡sí!
vanguardia inerme
resignada
frente al verdugo pelotón
frente a enarboladas carcajadas
frente a títeres deshilachados
matones de almas
que por las noches son búhos
desterrados del viario onírico
los contemplé ¡sí!
¡ah! ¿podrán mis ojos seguir viendo
y aceptar la sequedad insatisfecha
divisando el brillo
de húmedas retinas
de irritadas miradas
que reclaman a gritos silenciosos
tan sólo poder vivir?
¡ah! ¿podrán mis ojos?
pude verlos
ejércitos del verdugueo
planificando hileras
de cuerpos sin mañana
con cicatrices prehistóricas
acostarlos al primer redoble
y empuñando hielos con sus manos insanas
volcándolos eufóricos
a los pómulos sin rostro
sobre sus pechos masacrados
pude verlos
susurrando en sus oídos
hasta ya no pestañear
mansos los acobijaban
con cuentos irracionales
de finales felices ¡siempre felices!
que se desprendían de láminas
cínicas, consumidas, cristalinas
condicionando sus pesadillas
susurrando en sus oídos
y un joven valiente se rebeló
escupió el buche de elixir impúdico
y con sus tímpanos ensangrentados
escaló vanamente los muros ingentes
saltaron eufóricos los pómulos incrédulos
¡algo tronó! se hizo nuevamente el silencio
y cayó agonizante el rebelde
jadeante, risueño
ante asombros y sollozos
de mansos rostros que lamentaron
a un joven valiente que se rebeló
pudieron verlo
los desterrados del sueño
montañas rojas de finados inermes
y supersticiosos
a un paso de la locura
planearon con cautela
minuciosamente
un escape al encierro
antes que los gallos invadan el alba
que de a poco se lucia
y pudieron verlo
al que nunca fue niño
apretar su gangrena escuálida
con el último hálito de esperanza
desfallecer sin consuelo
en el triste crepúsculo de su destino
terminó el tiempo
de penas
desgracias y alegrías efímeras
de aquel que nunca fue niño
el sol relojeaba curioso
los gallos sonaban
a lo lejos
amanece para los pómulos
que en gran parte estalló de ira
a un paso de la ansiada fuga,
los ya sin alma se opusieron
la matanza comenzó
la matanza entre los pómulos sin rostro
mientras el sol relojeaba curioso
ante los inermes pómulos sin rostro
los truenos volvieron a gruñir
a aullar
a dispersarse
a aturdir
y de fondo
cuando el sol se curtía
en síntomas de apertura
sonó como eco
un aplauso pálido
y una risa verduga
sentenciando la trágica escena
ante los inermes pómulos sin rostro.
Cementerio de colillas.
te recordare en el canto jubiloso de las sonajas ametralladas por la lluvia
en el paso vacilante entre cascaras rubias de la noche anterior
(cementerio de colillas, nervios de acero, sigilo de un secreto)
farsantes mis inquietudes, se escapan por el pasillo
de los mil besos que anclados han quedado en mis labios temblorosos.
y decime vos quien, ¡oh, amante de la madrugada!
quien vendrá en esta noche a rescatarme del lastimoso ruido de agujas.
suspiros me renuevan, hasta los perros han callado
y mi alma jadea ¡ah!
ya no estas conmigo…
iré a buscarte, a tu esquina de mil caminantes
y no estarás y perdido vagare en los recovecos de un barrio oscuro
preguntare por vos y ahí me dirán que no existes
mas que en mi mente que te inventa como borracho a amigo imaginario.
y ahora que, mujer;
¿retornaras a mi sendero amorfo oscilando mis placeres,
caerás en ese abismo impalpable de que el olvido esta lleno de memoria
o tan solo te convencerás que el amor es un espinel de mentiras?
es que no puedo en esta noche, dejando migajas de pasta cerebral
a cada paso, recaer a los buenos momentos que antaño nos blindaron,
mi escudo se ha quebrado
los golpes ya ni duelen
mis lagrimas sabor no tienen
no habrá tiempo que recuperar
creí que estaba curtido
y en un rato de la noche
me lastime todo entero…