Nota de Mariano Oropeza en Diario Perfil
¨El profesor Martín Biaggini en “Roberto Juarroz baja en Temperley” (Leviatián) destaca que a mediados de los sesenta se irradiaban en los municipios decenas de aglutinadoras revistas literarias como “Vivir sin Comas”, editada en Avellaneda por el colectivo El Ladrillo; Zum Zum de San Antonio de Padua; “Barrilete” del grupo Pan Duro; y la paradigmática “El Escarabajo de Oro” de Abelardo Castillo, Liliana Heker y Sylvia Iparraguirre. Un fermento literario pisoteado en dictadura aunque el Conurbano, mote que surge en el habla cotidiana justamente en el proceso, sería el gran protagonista de la novela epigonal de la época, “Flores robadas en los jardines de Quilmes” de Jorge Asís. Este escritor y periodista que con “Los reventados” (1974) adelantaba varios campos de batalla que “Vivir afuera” (1998) de Fogwill, y “El origen de la tristeza” (1999) de Pablo Ramos, desperdigarían sin compasión y en toneladas de testosterona. Más sutil, igual en ferocidad, serán los relatos morenenses de inocencia y barbarie de Hebe Uhart en “El budín esponjoso” (1977) y “Señorita” (1999).¨